lunes, 20 de diciembre de 2010

Una pequeñita historia de Navidad


Dedicada a todas las personas que, aunque ya partieron, siguen estando con nosotros.

3 comentarios:

  1. Este relato me hace recordar a mi abuela. Todavía vive pero cada vez que la veo está más chiquita, pero muy lúcida ella.
    Gracias por recordármela.

    Un abrazo.

    Julio

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  2. Puede parecer insensible mi comentario después del último párrafo... pero tu columna me dejó pensando en quizás qué alucinógeno saldrá por los ojos con las lágrimas de risa!!! jajaja yo soy seca pa terminar llorando de la risa... y no hay sensación más rica... y el llanto de emoción?? de felicidad??? bueno... feliz embotellaría gotitas, y las traficaría en mala!! sería una feliz narcotraficante...
    Un abrazo y gracias por tus columnas... me encantan!!

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  3. Muchas gracias a ti Julio... y muy buena reflexión doña Anónima... sería interesante saber qué encierra una lágrima de risa... gracias también por tu comentario.
    saludos

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